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Hábitos saludables para proteger la salud cardiovascular.

Recibir la noticia de una cardiopatía congénita es el inicio de un camino empinado, con momentos de llano donde recuperamos a veces el aliento y un poco de serenidad y  donde de manera frecuente la ansiedad, las preocupaciones y la incertidumbre nos hace vivir que estamos caminando al borde de una cornisa, en un estado de alerta constante. Es un camino con obstáculos, que de acuerdo a la visión de quien lo transita se transforman en desafíos o piedras que se acumulan en una bolsa que cada vez se hace mas pesada.

Es un camino singular, eso significa que no hay una forma de atravesar por la experiencia, sino que se lo construye con las propias huellas y en tiempos personales, con lo que se sabe y lo que se está abierto y dispuesto a escuchar y aprender.

Es posible acompañar en esos pasos? Para qué? Cómo hacerlo? Que se puede ofrecer para hacer liviano el andar?. De qué depende que sea útil la compañía?. Que se debe tener en cuenta  antes de extender la mano? Cuáles serán los tiempos adecuados para acompasar a los pasos de otro en su camino?

No solo es posible acompañar, sino que es fundamental y necesario para proteger la salud física, emocional y mental de las personas. No existe una forma, sino que la manera de hacerlo va a estar ligado a la necesidad y posibilidades de quienes son acompañados. Los tiempos adecuados son los tiempos de la necesidad.

Que significa acompañar? Porque la palabra acompañar …y no ayudar o apoyar, o auxiliar, orientar, educar…

Acompañar lleva en sí de manera implícita la intención de estar cerca de alguien. Acompañar es “ir juntos”. Pero la forma de ir no depende de nosotros, sino del otro. De su necesidad. De su forma de ser. De sus momentos. De sus silencios. De su pedido. La palabra acompañar lleva en sí misma todas las formas de estar presente y de devolverle a aquel que está en un estado de necesidad, de vulnerabilidad, que tiene una existencia. Que le importa a alguien. Que su dolor duele. Le duele a él y le duele a otros. Acompañar es arropar cuando el miedo aparece como un monstruo agazapado y hela la sangre. Y paraliza. Y no deja pensar. Entonces quien acompaña se ofrece como refugio.

Acompañar es sostener cuando las piernas flaquean, cuando se siente que el mundo se nos viene encima, entonces hay dos brazos que sirven de apoyo hasta que no sin tambalear se retoma el paso. Acompañar es orientar cuando los pies  sostienen, pero aparecen encrucijadas donde se necesitan de palabras que guíen para que el camino no se transforme en laberinto.

Acompañar es acercar ese salvavidas para que el mar de las emociones no nos hunda hacia lo profundo hasta que pase lo peor del oleaje  y en las aguas de la historia personal se pueda  flotar por uno mismo.

Acompañar es educar, que no es más que sacar a la luz la enorme fortaleza que hay en cada uno de nosotros para con firme voluntad, pararnos en los propios pies , levantar la mirada y afrontar con coraje lo que la vida nos presenta.

Acompañar es una forma de amar. De amar al otro respetando su libertad de ser, de sentir, de pensar y de vivir.

ensintonia

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